miércoles, 21 de septiembre de 2016

Hijos de nuestro tiempo

La herencia tecnológica

Me presento al mundo con una frase que debería  estar tatuada en mi piel y que  no es sino de una de las personas mas sabias que he conocido , mi abuelo, aun oigo su voz diciéndome "Laurita no quieras correr , eres hija de tu tiempo .Tardé quizás en comprenderlo pero  hoy más que nunca cobran fuerza esas palabras como una especie de mantra interior que se reproduce en bucle . Realmente ¿somos hijos de nuestro tiempo?, y eso ¿es bueno o malo? partimos de la base que a mi juicio existen dos tipos de personas, aquellas que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor y los que irradian como una luz e insisten constantemente en que lo mejor está por llegar. Saliéndonos del tópico entre positivo y negativo y mirando el panorama actual me gusta situarme en un punto intermedio que va de la comba y las chapas al Whatsapp e Instagram .




http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/14992867/La-adiccion-a-Internet.htm



Cuando leo los informes sobre el crecimiento del stress y la ansiedad que generan el uso de los dispositivos móviles y los datos apabullantes que alarman sobre el exceso de horas que nos mantenemos viviendo en el "mundo paralelo"me entra un poco de miedito.
¿Acaso toda la evolución que hemos llevado a cabo para llegar a esta tecnología que une personas y lugares se esta convirtiendo en involución? , ¿deberían habernos regalado un manual de consumo responsable?.


Justin Sullivan/getty imagen APF

El problema como en casi todo está en el exceso , haciendo auto crítica (porque sed sinceros) ¿cuantos somos los que reconocemos que la imagen de arriba  es lo primero que ven nuestros ojos al despertar y muchas veces lo ultimo al acostarnos?.

Somos hijos de nuestro tiempo eso es innegable y hemos desarrollado un fetichismo tecnológico desmesurado que hace que las personas de este espacio-tiempo sean incapaces de mantenerse "offline".
Necesitamos la inmediatez y la sucesión acelerada de vivencias en cadena de cualquier acontecimiento por privado que sea.

Quizás la pregunta más sabia seria saber hasta donde estamos dispuestos a llegar,  si esta exposición continua y permanente de nuestra privacidad va por la línea adecuada. La respuesta  reconozco no es fácil intentemos por lo menos invitar a la reflexión de hacia donde llevamos un asunto tan sumamente delicado donde el cóctel molotov entre manejar la maquina o que nos maneje a nosotros esta servido.



http://www.elanartista.com.ar/2015/10/27/silencio-no-recibo-invitaciones-a-candy-crush/


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